El sistema de calefacción, que funcionaba al máximo por el frío, pudo originar el fuego

JAVIER FRAIZ – OURENSE Alrededor de 20.300 crías de pollo murieron calcinadas ayer por el incendio que asoló una granja de engorde de Santo Estevo de Nóvoa, en el Concello de Carballeda de Avia. Según las primeras investigaciones, el sistema de calefacción de la nave (en la imagen superior, de color amarillo), que genera calor quemando materia orgánica pudo originar el fuego, aunque no se descarta, tampoco, la hipótesis de un cortocircuito como causa del incendio originado a las 11.30 horas de ayer.
La calefacción, que distribuye el calor mediante una tubería a lo largo de la nave, funcionaba al máximo debido a las bajas temperaturas registradas en la provincia en la última semana. Además, operaba con intensidad para dar calor a las crías de pollo, que habían sido llevadas a la granja anteayer.
Tras la combustión, las llamas medraron rápidamente avivadas por los plásticos de la nave, donde únicamente se salvó la estructura de hierro y cemento, y por las virutas que sirven de cama para los animales. El fuego erigió una columna de humo negro visible desde la A-52, por lo que puso en alerta a los vecinos de la comarca y, entre ellos, a Luis Milia, alcalde de Carballeda de Avia, que acudía al lugar del suceso para comprobar la situación.
El servicio de emergencias del 112 movilizó, tras las llamadas de alerta, a Protección Civil de Ribadavia, que vació dos cisternas de agua. El Concello de Carballeda desplegó al camión de incendios municipal para coadyuvar en la extinción del fuego.
Quedó controlado en una hora y media, después de que los efectivos de emergencia evitaran que se propagaran las llamas a una pila de madera acumulada junto a la granja.
La cuantía de los daños, aún sin cuantificar, se prevé elevada; aunque Luis Milia valoraba ayer «que no se produjeron heridos». Con todo, reclamó a la Xunta la creación del Parque Comarcal de Bomberos en O Carballiño, «para evitar males mayores».